A la hora de comprar colchón minicuna, hay algunas características y cualidades que se deben buscar.
Aquí hay algunas cosas a tener en cuenta, y algunas cosas a tener en cuenta mientras se está de compras.
Suelen ser bastante recomendables. Las espumas de alta densidad son más duraderas y de alta resistencia al hundimiento.
El colchón minicuna tiene mejor aireación, son más firmes, tienen un buen tacto, son adaptables, pero mucho más caros.
Los colchones con espuma HR son de alta densidad, aguantan mucho más las deformaciones y recuperan muy fácilmente su estado original cuando se usan, es decir, son de alta resistencia.
Además, este colchón minicuna tiene una mejor transpiración, ya que la estructura de sus alveolos es más abierta.
Existen colchones para cuna con tejidos especiales (llamados stretch) que proporcionan un descanso mucho más cómodo para el bebé.
Aunque esto debería ser obvio, asegúrate de obtener un colchón que se adapte a la cuna. La mayoría de los colchones y cunas vienen en tamaños estándar, pero siempre es bueno una doble comprobación.
El colchón del cuna perfecto debería encajar perfectamente en los cuatro lados de la cuna sin dejar ningún hueco notable.
Mientras que un colchón blando podría parecer que es más cómodo, un colchón con una buena seguridad para el bebé tiene que ser firme.
Un colchón minicuna suave podría ser propenso a causar que el bebé se hunda ligeramente, lo que hace difícil que se ajuste a la posición.
Normalmente los colchones de los bebés, se machan por las necesidades (pipí y caca) del bebé, y no hay manera de evitarlo.
Es vital que el colchón de la cuna que se utilice sea a la vez resistente al agua y lavable. Lo lamentarás si no lo es.
Este es un factor importante cuando se trata de comprar cualquier producto para el bebé. Es bastante común que los colchones para bebés no sean muy caros. Y no necesariamente que un colchón minicuna sea caro, significa que es más seguro.
Algunos fabricantes dan a sus colchones largas (y) excesivas garantías de 10-25 años, que conducen principalmente a persuadir al consumidor.
No se recomienda dejarse influir por esto cuando se elija el colchón para el bebé ya que esto no significa que sea seguro y de buena calidad.
Algunos estudios han relacionado el uso de un colchón de cuna usado (o de muchos años) con un mayor riesgo de SMSL (Síndrome de la muerte súbita).
Un estudio publicado en 2002 por el British Medical Journal concluyó que había una “… válida estadística asociada entre el síndrome de muerte súbita del lactante y el uso de un colchón de bebé utilizado anteriormente por otro niño …” y que, por tanto, nunca se recomienda dejar que el bebé duerma en un colchón de cuna usado.
Ahora bien, si se tiene un segundo hijo, entonces no debería haber mucho problema con el uso del colchón, siempre y cuando haya recibido el mantenimiento adecuado.
Por ley, el ancho mínimo de la cuna debe ser de 60 cm y al menos 20 cm más larga que el niño. La altura de la base de la cuna, donde va a dormir el bebé, tiene que ser también modificable: desde unos 60 cm desde el suelo al principio hasta 30 cm cuando el niño crece y bajamos la base.
Teniendo en cuenta estas características, el colchón tiene que ser adecuado para la cuna que se tenga. De este modo que quede bien ajustado y sin huecos donde el bebé pueda quedar atrapado de algún modo.
Existen normas de seguridad en cuanto a la cunas, minicuna, colecho etc. y por supuesto, incluyen a los colchones de cuna. El colchón minicuna tiene que pasar rigurosas pruebas, que incluyen pruebas de incendios.
La mayoría de las empresas utilizan retardantes de llama químicos, pero no es estrictamente necesario. El uso de ciertas fibras, tales como lana, rayón, y acrílicos, son naturalmente retardantes de la llama suficiente para pasar los estándares sin la necesidad de utilizar productos químicos que puedan afectar al bebé.
Si existe preocupación acerca de estos productos químicos, se puede elegir un colchón orgánico ya que no los utilizan. Sin embargo, es necesario tener cuidado, porque el término “orgánico” no está regulado, y nada impide que una empresa pueda mentir acerca de su carácter orgánico.
Si se trata de un bebé: El colchón de cuna debe ser confortable, con un grado de firmeza óptimo, para evitar el síndrome de muerte súbita del lactante y los reflujos.
Es importante recordar que, si la cuna no lleva colchón o no se quiere cambiar, el colchón debe encajar exactamente en el espacio interior de la cuna sin que queden huecos.
Según los expertos en seguridad infantil, el bebé no necesita almohada hasta los dos años ni tampoco edredones, que podrían llegar a ser peligrosos para su salud.
También se recomienda no dejar dormir al bebé con peluches hasta los 8-9 meses.
Si se trata de un niño de 3 a 8 años, resulta básico para el bienestar infantil dormir de forma adecuada, evitando problemas de sueño.
En la franja de los 3 a los 8 años, el colchón debe ser firme y confortable, permitir libertad de movimientos y cambios de postura y con tratamiento anti-ácaros. El nivel de firmeza del colchón dependerá del peso del niño.
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