Saca al pequeño lector que hay dentro de tu peque y reserva un lugar especial en casa donde los niños puedan perderse en su historia favorita. Al pensar en cómo crear el rincón de lectura definitivo para niños, debes centrarte en algunos puntos clave, a saber, un lugar agradable y cómodo para sentarse y una luz para leer.
Cuando piensas en un sillón agradable para leer, puedes optar por varias opciones, tal vez pueda servirte un sillón normal o incluso el sillón de lactancia que usaste hace no tanto tiempo para alimentarlo. Si eres un fanático del diseño de mediados de siglo, puedes optar por las versiones de tamaño reducido de sillones infantiles como un sofá Chesterfield infantil o de la mismísima silla Eames, porque… ¿quién no ama las versiones pequeñas de todo? Si vas a algo más orgánico puedes optar por un puff (o varios) para el club de lectura en compañía si van a leer con sus amigos o si vas a leer a varios peques a la vez. A nosotros nos encanta la opción de sillón infantil porque le da un toque WOW a la habitación infantil o al comedor, da igual dónde lo pongas.
Para que el lugar sea agradable y atractivo, intenta incorporar las cosas favoritas de tu pequeño en la decoración a través de cuadros, papel pintado o lámparas extravagantes, aunque es posible que necesites pensar en una iluminación funcional para asegurarte de que tu peque (o tú) podéis ver las palabras al anochecer. Hay muchas opciones en cuanto a lámparas infantiles que te van a encantar como decoración.
Un rincón de lectura no necesita ocupar una gran cantidad de espacio en la habitación de los niños. Un lugar tranquilo alejado de las distracciones (como el televisor) es bueno, pero mantenlo en el centro al alcance de los papás, para que mamá o papá puedan saltar y unirse a la lectura cuando sea necesario.
Elige una paleta de color luminosa y acogedora para que los niños se sientan inspirados, o mejor aún, haz que los más pequeños participen en la toma de decisiones, permitiéndoles elegir los colores favoritos, decorando las paredes con sus propias ilustraciones o enmarcando algunas de sus portadas de libros favoritos para colgarlas de la pared.
Un lugar central cómodo y bonito para sentarse es imprescindible, ya sea un sillón infantil, o un puff y una alfombra en el suelo. Asegúrate de que el espacio esté iluminado y ordenado; si no tienes una ventana cerca o mucha luz natural, añade una lámpara infantil para que los más pequeños no tengan que entornar al leer en días nublados o en las primeras horas de la noche.
Una pequeña gran biblioteca infantil es el ingrediente más importante de todos, además de un lugar para guardarlos. Asegúrate de que los libros estén al alcance de la mano (no demasiado altos o apilados en grandes montones) para que los más pequeños puedan cogerlos y leerlos por ellos mismos y, con un poco de suerte, volver a colocar los libros en su lugar cuando hayan terminado. Con los niños pre-lectores, es una buena idea mostrar libros ilustrados con las cubiertas mirando hacia afuera si es posible, para que los más pequeños puedan reconocer el libro que buscan de un vistazo.
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